lunes, 22 de abril de 2013

EL SIGNIFICADO DE LAS PARÁBOLAS EVANGELICAS


Nuestro Señor Jesucristo predicaba la enseñanza evangélica en forma de relatos parabólicos, tomando ejemplos de la naturaleza o de la vida cotidiana. Estos relatos recibieron el nombre de "parábolas." Aunque las parábolas eran conocidas también en los tiempos del Antiguo Testamento, por medio de los labios del Dios - Hombre, se perfeccionaron en el Nuevo Testamento.
 
En primer lugar, la razón por la cual el Salvador exponía Su enseñanza en forma de relatos alegóricos, fue que el Señor hablaba sobre la profundidad de las verdades espirituales las cuales no eran muy bien comprendidas por los oyentes, mientras que un relato vivido y concreto tomado de la vida cotidiana se recordará por muchos años. La persona que desea entenderlo puede pensar en su sentido y apreciar la sabiduría que se encuentra en él. En segundo lugar, hay gente que no puede entender plenamente la enseñanza de Cristo y por esta razón puede interpretarla y propagarla de una manera errónea.

Las parábolas conservan el verdadero sentido de la enseñanza del Señor. hay gente que no puede entender plenamente la enseñanza de Cristo y por esta razón puede interpretarla y propagarla de una manera errónea. Las parábolas conservan el verdadero sentido de la enseñanza del Señor. En tercer lugar, las parábolas tienen cierta prioridad sobre las directas enseñanzas, no solo ellas contienen en sí toda la ley Celestial, pero indican su aplicabilidad en la vida privada así como en la vida social. A pesar de que han pasado muchos siglos, las parábolas de Jesucristo siguen siendo admirables, porque en ellas se conservó un sentido claro y bello. Las parábolas representan el vivido testimonio de una íntima unión que existe entre el mundo espiritual y físico, en otras palabras: la causa interior manifestada en la vida exterior.
 
En el Evangelio existen másde treinta parábolas. Las últimas se dividen en tres grupos de acuerdo a los diferentes períodos de la misión de Cristo. Al primer grupo pertenecen las parábolas pronunciadas por Jesucristo muy pronto después del Sermón de la Montaña, o sea, entre la segunda y tercer Pascua. En ellas se habla sobre las condiciones en las cuales se propaga y fortalece el Reino de Dios, o sea, la Iglesia dentro de la gente. A estas corresponden las parábolas sobre el Sembrador, la Cizaña, la Semilla que crece invisiblemente, la Semilla de la mostaza, la perla Preciosa y otras. Sobre ellas hablaremos en el primer capítulo.
 
Las parábolas del segundo grupo pertenecen al final del tercer año de la misión del Señor. En estas parábolas el Señor habla sobre la infinita misericordia de Dios con respecto a aquellos que se arrepienten de sus pecados, exponiéndoles diferentes reglas morales. A estas corresponden las parábolas sobre la Oveja perdida, el Hijo pródigo, los Dos deudores, el Buen samaritano, el Rico insensato, el Edificador de la torre, el Juez injusto y otros. Sobre estas parábolas se habla en el segundo y tercer capítulo.
 
En las últimas parábolas (tercer período), pronunciadas poco antes de su muerte en la cruz, el Señor habla sobre la Gracia de Dios y las responsabilidades de la gente con respecto a Él, y en adición las siguientes predicciones: sobre los hebreos sin fe que serán castigados, sobre Su segunda venida, el Juicio final, los Fieles que serán premiados y sobre la vida eterna. En este último grupo están incluidas las parábolas sobre la Higuera sin frutos, los Malvados obreros de la viña, la Fiesta de bodas, los Talentos, las Diez vírgenes, los Labradores que recibieron igual pago que los demás. Estas parábolas se encuentran en el cuarto capítulo.

jueves, 11 de abril de 2013

VISIÓN Y MISIÓN

Cumplir el mandato de ser instrumentos de DIOS en la salvación de las almas;  edificar, capacitar y atender a los creyentes sean niños, jóvenes o adultos, a través de un trabajo en equipo para la gloria DEL SEÑOR JESUCRISTO
                                                                                                                 Mateo 28: 19-20



miércoles, 10 de abril de 2013

QUEJAS DE DIOS CONTRA LOS QUE PIENSAN QUE SON CRISTIANOS


Me llaman Padre pero viven sin haber llegado a ser mis hijos
Me llaman Omnipotente pero viven sin confiar en Mí
Me llaman Omnisciente pero viven haciendo lo malo en lo oculto
Me llaman Omnipresente pero viven escondiéndose en sus propias religiones.
Me llaman Señor pero viven sin obedecerme
Me llaman Maestro pero viven sin aprender de Mí
Me llaman Eterno  pero viven como si nunca fueran a morir
Me llaman Guía pero viven extraviados del Verdadero Camino
Me llaman Pastor pero viven descarriados y alejados de Mí
Me llaman Amor pero viven odiándose unos a otros
Me llaman La Verdad pero viven en la mentira
Me llaman Sabio pero viven sin escuchar mi Palabra
Me llaman Luz pero viven en tinieblas
Me llaman Paz pero viven en guerras y conflictos
Me llaman Santo pero viven en sus pecados
Me llaman Misericordioso pero viven sin mostrar misericordia unos con los otros
Me llaman Juez pero viven juzgándose unos a otros
Me llaman Perdonador pero viven sin creer que mi Hijo Jesús murió por sus pecados
Me llaman El Único Dios Verdadero pero viven fabricando y adorando sus propios dioses
Me llaman Dios y creen en pero viven como si Yo no existiera
Llaman a mi Hijo Jesús el “Salvador de todos los hombres” pero viven sin recibirlo como su “Único y Suficiente Salvador personal”
Por tanto, no me culpen por su eterna condenación
“Su cristianismo no depende de lo que ustedes creen que son, sino de lo que verdaderamente son a la luz de mi inerrante Palabra, la Santa Biblia”.